Una intralogística moderna depende de los flujos de materiales bien estructurados y exactamente planificados. Por regla general, el flujo de materiales intralogístico de una empresa abarca seis pasos de proceso separados, que ofrece distintas posibilidades de optimización en función de sus necesidades específicas.
1. Entrada de mercancía
Todo flujo de materiales interno empieza por la descarga de mercancías en la entrada de mercancías. Una entrada de mercancías erróneamente planificada o mal organizada puede provocar trastornos considerables en el proceso operativo. En la entrada de mercancías se descargan, inspeccionan, clasifican e identifican las mercancías y se preparan para su posterior transporte a un almacén intermedio o a la producción. Los factores de éxito decisivos a este respecto son unos tiempos de ejecución cortos, necesidades de espacio reducidas, minimización del personal y elevada calidad de los procesos.
2. Almacenaje
El almacén es el elemento central de todos los procesos internos. En el caso ideal, se aprovecha de forma óptima la superficie de almacén disponible y posibilita el almacenaje eficiente de mercancías de los más diversos tipos y tamaños. Es preciso transportar de forma rápida y fiable las unidades de carga a las ubicaciones de almacenaje o de aparcamiento previstas. Una gestión del almacén bien organizada se caracteriza por unos tiempos de ejecución cortos, procesos transparentes y un alto grado de flexibilidad durante el almacenaje.
3. Alimentación de la producción
La clave de una alimentación eficiente de la producción reside en transportar mercancías y productos al lugar correcto en el momento oportuno. Ya sea automatizada o manual, la alimentación de materiales a la línea de producción, en particular a líneas de montaje, puede implementarse mediante múltiples conceptos que se diferencian en cuanto a la tecnología, las etapas de almacenaje o la organización del proceso. En el caso ideal, se obtiene así un movimiento de mercancías inteligente, controlado y libre de interrupciones, con un consumo energético y un coste mínimos.
4. Preparación de pedidos
Los procesos eficientes de preparación de pedidos tienen el potencial de mejorar sustancialmente la competitividad de una empresa. Los productos y mercancías deben agruparse de forma rápida y eficiente a partir de un surtido global determinado y preparase para su entrega conforme al plazo. La orden de preparación del pedido se transmite al encargado de preparar el pedido en forma de listas de picking analógicas o digitales. A su vez, el encargado de preparar el pedido puede ser tanto una persona como una carretilla automatizada. A fin de aprovechar de forma óptima el potencial económico de la fase de preparación de pedidos, los procesos de preparación deben ser ágiles, precisos y claros.
5. Expedición
La expedición de mercancías está estrechamente ligada a la preparación de pedidos. Mediante la consolidación, es preciso agrupar productos y mercancías en unidades listas para su expedición, para poder organizar el almacenamiento y el transporte de la forma más uniforme posible. Existen múltiples posibilidades para aumentar la eficiencia de tales procesos mediante la automatización y reducir así los costes de transporte y expedición. Los sistemas de gestión del almacén adecuados convierten en transparentes todos los flujos de mercancías y optimizan su control.
6. Salida de mercancía
En la salida de mercancía se ponen a disposición las mercancías desde el almacén. Una vez concluido el control final de identidad y calidad, se agrupan los bultos individuales para crear un envío y se colocan en áreas de almacenamiento temporal listos para su envío. En algunos casos, también es preciso integrar en los envíos mercancías ajenas de contenido desconocido. Incluso el más mínimo error en la salida de mercancía puede paralizar cadenas de procesos enteras. En esta fase es determinante un flujo de mercancías ágil, bien estructurado y claro.
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