Las carretillas elevadoras, aunque indispensables, son uno de los equipos que más tienden a desgastarse. Eventualmente y debido a su uso, la carretilla se deteriorará y deberá ser sustituida. La clave reside en identificar el momento preciso en el que realizar dicho cambio. En el blog de hoy, se explican que factores entran en juego en la sustitución o reemplazo de una carretilla elevadora.
En primer lugar, y para entender la importancia de la renovación de equipos, hay que entender cuál es el coste de no renovar a tiempo las carretillas elevadoras. Hay una amplia variedad de escenarios, desde tiempos de inactividad por averías (y la consecuente pérdida de dinero) hasta accidentes laborales que pueden llegar a resultar en lesiones a los operarios y/o daños en la infraestructura.
Entonces, ¿cuándo debo cambiar mis equipos de manutención? La clave reside en la vida útil y la vida económica de la carretilla elevadora.
Se entiendo cómo vida útil el número de horas durante el que puede funcionar de forma productiva una carretilla elevadora. La vida útil viene determinada por el fabricante, sin embargo, hay factores que pueden alargarla o reducirla como: el tipo de aplicación, las condiciones medioambientales o el mantenimiento. A continuación, algunos indicadores que determinan el estado de una carretilla.
En primer lugar, la apariencia externa provee una primera aproximación del estado de la máquina. La existencia de óxido o quemaduras (comunes en entornos corrosivos o con temperaturas extremas) puede implicar daños en las juntas o puntos de soldadura importantes.
En la misma línea, la existencia de abolladuras o golpes puede generar daños mayores. Además, se debe prestar especial atención en las horquillas, estas deben permanecer totalmente rectas y sin un desgaste excesivo para que sean seguras de operar y cumplir con la normativa ISO.
Otro aspecto para inspeccionar son las cadenas. A causa del uso, estas se estiran hasta el punto de ser inseguras (un técnico debe medir el grado de estiramiento). En caso de desgaste en las cadenas, muy probablemente otras piezas del mástil también estén dañadas.
Todas las piezas mencionadas anteriormente, pueden ser sustituidas. Es aquí donde entre en juego la vida económica de la carretilla. La vida económica es el número de horas que puede trabajar la carretilla antes de que el coste de las reparaciones sea superior al beneficio que generan. Considerar la vida económica de las carretillas permite maximizar el retorno en la inversión y minimizar los costes operativos.
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